Tal día como hoy, hace un año, publiqué mi primera entrada en este blog: “Compartir un café”, iniciando así una aventura en la que carecía de muchas cosas: asesoramiento, conocimientos de internet… pero sí que tenía lo principal: ganas e ilusión.
El título de esa primera entrada hace referencia a unas de las palabras más bonitas que tenemos: compartir, porque compartir es disfrutar, compartir es amar, compartir es, en definitiva vivir.
Y eso es lo que he hecho, compartir mis recetas, compartir mis pequeñas y grandes cosas, retales de una vida,……. y recibir, recibir mucho y bueno, de todos los que pasáis por esta mi casa, que es ya vuestra también.
Esta aventura, es una experiencia muy gratificante, enriquecedora. Visitando vuestras cocinas he aprendido a hacer mejores platos, mejores fotos, mejores presentaciones…y he conocido gente estupenda, divertida, solidaria…
En fin, ha sido todo un placer conoceros, y espero seguir contando con todos vosotros.
Y para celebrar un día como el de hoy, qué mejor que una receta también con café: un flan de café.
No creo que haga falta deciros que me gusta el café, su aroma, su sabor… os dejo la receta, espero que os guste. Me la dio una amiga, Inma, y la he tuneado un poco.
Ingredientes:
- ½ litro de nata líquida especial montar Central Lechera Asturiana
- ½ vaso de leche entera Central Lechera Asturiana
- 350 cc de café recién hecho
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 sobre de preparado para hacer flan ( 8 raciones). En este caso, era de la marca de Mercadona.
- Caramelo líquido para el molde
Preparación:
He seguido las instrucciones del paquete de flan.
En una olla puse el contenido de dos sobres (cada sobre era para 4 flanes) y le añadí la nata líquida en frío.
Mezclamos todo bien con un batidor de varillas.
Lo ponemos al fuego, añadimos el azúcar, y cuando está ya bien caliente, añadimos el café (también caliente). Seguimos removiendo hasta que empieza a hervir.
Lo retiramos del fuego y con cuidado lo vertemos en el molde, al que habremos puesto previamente caramelo líquido.
Dejamos que cuaje fuera de la nevera y sin mover.
Una vez cuajado, lo metemos en el frigorífico hasta que se consuma. Mejor de un día para otro.
Si os gusta más suave, ponéis menos café y completáis con nata líquida.
Bo proveito!¡Buen provecho!